¿YO TENGO LA NATURALEZA DE DIOS?

Leon FontaineEntregate

Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Colosenses 3:1-3 (DHH) 

Cada especie tiene una naturaleza característica, por ejemplo, un cerdo es y siempre será un cerdo. Los seres humanos también reciben una naturaleza común cuando nacen. Debido a que vivimos en un mundo caído y pecaminoso, todos comenzamos con una naturaleza caída. 

Por más buen comportamiento que usted tenga, esto no puede cambiar esa naturaleza, al igual que un gran entrenamiento no puede convertir a un cerdo en una especie diferente. Usted podría vestir a un cerdo con un pequeño lazo en la cabeza, pero tan pronto como lo suelte, él se dirigirá directamente hacia un charco de lodo. 

Cuando usted toma la decisión de seguir a Jesús, milagrosamente recibe una nueva naturaleza. Lo imposible se hace posible. Es increíble; usted se convierte en una nueva creación de acuerdo con 2 Corintios 5:17. Es un evento que es comparable al cambio de una especie. Usted ya no pertenece a la familia de la naturaleza humana caída; sino que ahora es miembro de la familia de Dios. 

Ya que tenemos una nueva naturaleza, se espera que nos comportemos de manera diferente. Si pudiéramos de alguna manera convertir a un cerdo en gato, esperaríamos que ya no buscara charcos de lodo. En nuestro caso, nuestro espíritu se ha hecho nuevo, pero nuestras mentes necesitan una revisión constante. No es automático. 

En Colosenses 3:1-3, Pablo nos da instrucciones sobre cómo comenzar este proceso: piense en las cosas del Cielo. Al ser consciente de que usted pasará la eternidad en el Cielo, cambiará su enfoque en la Tierra. Lleva ese pensamiento con usted hoy. ¿Cómo cambia esto sus planes?