Can the Ethiopian change his skin or the leopard its spots?
Jeremiah 13:23 (NKJV)
Algunas personas leen el versículo de hoy y asumen que significa que somos incapaces de cambiar. Primero, quiero señalar que éste es un versículo del Antiguo Testamento. Vivimos en tiempos del Nuevo Testamento, y nos beneficiamos de lo que Jesús hizo por nosotros.
Cuando usted entregó su vida a Jesús, sucedió algo increíble. Usted se convirtió en un hijo de Dios (Romanos 8:14).
Entonces… ¿Cómo es un hijo de Dios? ¿Apenas arreglándoselas? ¿Resistiendo hasta llegar al cielo un día? No, esta vida cristiana es mucho más de lo que podemos imaginar, y no se trata de usted tratando de convertirse en algo.
Segundo, el versículo de hoy trata realmente sobre quién es usted internamente, hablando espiritualmente. Antes de que entregara su vida a Cristo, usted tenía la naturaleza del pecado y Satanás como su identidad. Usted no tenía capacidad para cambiar ese hecho con su propia voluntad. Pero aceptando a Cristo, usted se convirtió en una nueva creación. Usted ahora tiene la naturaleza de Dios y forma parte de su familia.
¿Por qué es esto tan importante? Porque cuando usted quiere hacer cambios en su vida, necesita entender que no está intentando convertirse en algo que no es. No está tratando de ser más como Dios. ¡Usted es como Él! ¡Usted tiene Su naturaleza! Lo que necesita hacer es volverse más consciente de quién es usted en Él.
En la medida que continúe leyendo este devocionario, recuerde que el cambio verdadero viene de la Palabra de Dios a través de un proceso poderoso de epifanías. Siga adelante, porque se encontrará a usted mismo diciendo, “¡Oh, éste es quién yo soy! ¡Esto es lo que puedo hacer! ¡Estos son mis derechos y esta es mi herencia!”.