Desde los días de Juan el Bautista hasta el momento presente, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él. [Cómo premio precioso, un compartir en el reino de los cielos que se busca con más ardiente celo e intenso esfuerzo]. Mateo 11:12 (AMPC)
¿La vida simplemente le está pasando, o usted va tras el tipo de vida que Dios dice que puede tener, con esfuerzo intenso?
El versículo de hoy dice que el reino de Dios es algo por lo que vale la pena luchar. ¡Es tan increíble que vale la pena ir tras él con el más ardiente celo e intenso esfuerzo!
¿Cuál es este reino de Dios por el que tenemos de luchar? Bueno, yo no me estoy aquí refiriendo al cielo. No necesitamos luchar para asegurar un lugar en el cielo; esa parte es un regalo que es suyo desde que aceptó a Cristo. Estoy hablando de vivir en el reino aquí en la tierra, vivir en las bendiciones y las promesas de Dios. Y una poderosa manera de comenzar a experimentar sus promesas es reclamándolas para su vida.
Hemos estado en una serie durante los últimos días reclamando juntos una de las promesas de Dios en cada devocional. Hoy reclamemos Hechos 16:31, que dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (NKJV).
Así es como se puede reclamar esto sobre su familia: “Gracias, Padre, porque creo que, ¡toda mi familia será salva! Estoy reclamando esto en la fe y puedo imaginar ahora que todos los miembros de mi familia eligen servirte”
Tenga un espíritu de lucha en la fe que diga: “¡No abandonaré! ¡Voy a luchar para mantenerme en la fe!” ¡Experimente lo mejor de Dios mediante el desarrollo de una pasión y encamine esa pasión a reclamar las promesas de Dios todos los días!