No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor sobre todos [nosotros] y bendice generosamente a cuantos lo invocan [con fe]. Romanos 10:12 (AMPC)
El Evangelio se trata de buenas noticias.
Cuando el evangelio es predicado como malas noticias, la esperanza muere. Dejamos de esperar las bendiciones y el empoderamiento para hacer el bien y en lugar de eso sólo esperamos juicio y castigo por los errores que cometemos.
La enseñanza del evangelio como “malas noticias” nos despoja de la prosperidad, influencia y liderazgo porque parece imposible obtener ayuda de Dios. Combina el antiguo pacto con el nuevo, y enseña a la gente que tienen que ganar las bendiciones de Dios. Dice que tenemos que limpiar todo en nuestras vidas antes de que Dios nos bendiga o nos cure, lo que significa que nunca podemos esperar bendiciones, porque ninguno de nosotros es perfecto. Llegamos a esperar castigo en su lugar; esperamos lo negativo.
Mientras tanto, la Biblia dice que si usted quiere caminar en las bendiciones de Dios, ¡usted tiene que creerlo! Experimentar las bendiciones de Dios, bondad, sanidad y prosperidad en su vida están relacionados con lo que usted espera. La fe trabaja a través de la esperanza. Tenemos que esperar cosas buenas.
El versículo de hoy dice que Dios nos otorga generosamente sus riquezas, y no dice que es solamente para aquellos que trabajan duro para ganarlas, para los que hacen el bien, guardan todas las leyes y tratan a todos bien. Todas esas son cosas importantes para hacer, pero necesitamos regresar al nuevo pacto que es un pacto de fe, de creer.
Como creyente, usted puede vivir una vida de fe, una vida donde usted experimenta salud, sanación, amistad, bendición, aventura, paz y alegría, y eso va a suceder por la fe.