Cuando Jesús pasaba por allí, miró hacia arriba y le dijo: —Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa. Zaqueo bajó aprisa, y con gusto recibió a Jesús. Lucas 19:5-6 (DHH)
¿Sabía usted que muchos no cristianos se sienten insignificantes frente a los cristianos?
Me parece especialmente cierto como pastor. Cuando la gente descubre lo que hago, se acuerdan instantáneamente de todo aquello por lo que se sienten culpables. También suponen que los estoy juzgando de modo que ellos tienen una reacción emocional instantánea, ya sea que se sienten condenados y quieren retirarse o que se sienten enojados por ser juzgado injustamente.
Debido a que la gente reacciona de esta manera frente a los cristianos, tenemos que trabajar doblemente duro para mostrar a la gente que los aceptamos tal y como son. Antes de que ellos escuchen cualquier cosa que tengamos que decir, tenemos que mostrarles que nosotros somos tan imperfectos como ellos y tenemos que ganarnos su confianza aceptándolos tal y como son.
La verdad es que la gente debe sentirse bien a nuestro alrededor. Después de todo, así era Jesús. A gente de todas las clases sociales le encantaba estar cerca de él. Al igual que sucedió con el recaudador de impuestos en el versículo de hoy, Jesús inspiró a la gente a vivir mejor no juzgándolos y condenándolos, sino aceptándolos tal como eran y haciéndose amigo de ellos.
Esto es lo que significa ser Espíritu Contemporáneo. Se trata de estar espiritualmente vivo, pero contemporáneo, amoroso y cariñoso. Cuando usted comparte su fe en la forma de Espíritu Contemporáneo, no se trata de predicar a la gente y derrumbarla; se trata de edificarla.
Como Espíritu Contemporáneo creyente, confíe en que Dios le dará la habilidad de ayudar a las personas a experimentar su amor. ¡Entonces salga y sea la persona más amorosa y tolerante que usted puede ser!