Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús. Romanos 3:24 (DHH)
La confianza en lo que Dios nos ha prometido puede hacer que superemos cualquier cosa. ¿Pero cómo desarrollamos el tipo de fe que puede hacernos vencedores y que puede mover montañas?
Hay dos conceptos específicos que debemos entender que nos conducen a creer y tener confianza: la gracia y la justicia. Ayer tocamos ambos, pero recapitulemos.
La gracia de Dios se hizo nuestra cuando le dimos nuestras vidas a Jesús, y esta gracia abarca mucho. La gracia es la misericordia y el favor de Dios en nuestras vidas, pero también es Su poder y habilidad en nosotros y Su provisión completa en cada área de nuestras vidas. ¡Es la fuerza increíble y el poder de superación que ahora tenemos en nosotros, mediante el cual podemos hacer todas las cosas a través de Cristo que nos fortalece (Filipenses 4:13)!
La justicia significa tener aceptación delante de Dios. Significa que sus pecados están perdonados y el cielo es su hogar eterno, pero también significa que usted tiene derecho a una relación vibrante, sana e íntima con su Padre Dios, que quiere que usted pase tiempo con Él y aprenda a caminar en la plenitud de la vida abundante que Jesús nos dio.
Dios no espera que manejemos esta vida con nuestras propias fuerzas. Tenemos su poder y capacidad en nosotros, él nos faculta para convertirnos en todo lo que dice que podemos ser, y nos ayuda a acceder a su paz y alegría en medio de los momentos más estresantes de la vida.
La gracia de Dios le proporciona Su poder milagroso y poder transformador para su vida. ¡Elija enfocarse en Sus promesas para tener el aliento que necesita para mantenerse firme y vencer!