Le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo: Salmos 8:6 (DHH)
Su destino depende de su habilidad para orar.
El líder cristiano de renombre mundial, John Wesley, escribió: “Parece que Dios está limitado por nuestra vida de oración, no puede hacer nada por la humanidad a menos que alguien se lo pida”. Es cierto: Dios está limitado por su vida de oración.
Como usted ve, al principio Dios puso a Adán y Eva a cargo de esta tierra. Sin embargo, ellos entregaron esa autoridad a Satanás cuando eligieron escucharlo en lugar de escuchar a Dios. Esa transferencia de autoridad convirtió a Satanás en “el dios de este mundo” (2 Corintios 4:4), pero cuando Jesús murió y resucitó, hizo posible que saliéramos del gobierno de Satanás. Cuando usted da su vida a Jesús, restaura a Dios como el líder de su vida y recupera sus derechos y privilegios como Su hijo.
Dicho esto, aún depende de usted hacer cumplir esos derechos y privilegios. Y aquí es donde entra la oración.
La oración es lo que conecta lo sobrenatural con lo natural. Es lo que trae el poder de Dios a su situación. En realidad, la oración es como invocar sus derechos como ciudadano de su país. Como persona usted tiene derecho a la “vida, libertad y seguridad”, pero si alguien amenaza su vida, depende de usted hablar con las autoridades y hacer valer sus derechos.
De manera similar, la oración es una forma de hacer valer sus derechos como seguidor de Cristo. La carta de derechos de Dios incluye salud, prosperidad, protección, paz y alegría. Entonces, si alguien o algo amenazan con quitárselos, depende de usted hacer valer sus derechos a través de la oración.
Dios no forzará Su ayuda en usted, pero siempre está listo y dispuesto a ayudarlo cuando usted se lo pida. ¿Qué derechos necesita hacer cumplir hoy?