Usando el poder de sus palabras

Leon FontaineEntregate

El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63 (NKJV)

Las palabras no son sólo para la comunicación.

En Génesis 1, Dios declaró que el mundo existiera. Él dijo: “Sea la luz”, y hubo luz (v.3). Una y otra vez, “habló Dios”, y aparecieron cosas: el cielo, la vegetación, el sol, la luna, las estrellas, los seres vivientes y, finalmente, la humanidad.

Cuando Jesús caminó en el planeta, Él también usó palabras para algo más que comunicarse. Habló para calmar el viento y las olas. Habló para sanar los cuerpos. Él habló para expulsar demonios. Sus palabras tenían poder.

De la misma manera, las palabras que usted y yo hablamos tienen poder. A menudo hablamos sin pensar mucho en nuestras palabras, pero las palabras que dice un ser humano tienen poder, especialmente cuando declaramos la Palabra de Dios.

¡El versículo de hoy dice que la Palabra de Dios es Espíritu y vida! Y 1 Pedro 1:23 también habla de la vida que se encuentra en la Palabra de Dios: “Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, por medio de la palabra de Dios que vive y permanece”. En otras palabras, cuando declaramos la Palabra de Dios en voz alta, reclamando Sus promesas, las semillas que plantamos son imperecederas. Estas semillas crecen, producen fruto, y guían nuestras vidas.

Aproveche la oportunidad hoy para declarar la Palabra de Dios sobre su vida y las vidas de las personas que lo rodean. ¿Qué dificultades está usted enfrentando? ¿Cuáles son las necesidades de los que lo rodean? Usted tiene el maravilloso privilegio de declarar vida, paz, sanidad y sabiduría. ¡Empiece hoy!