¡son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal! Salmo 19:11 (DHH)
Los grandes líderes son apasionados y su pasión es contagiosa. Los mejores capitanes alientan a su equipo con energía y emoción. En su interior sus corazones arden por el juego, por la victoria y por su equipo, y esta pasión contagia a la gente que los rodea.
Fuimos diseñados para vivir con pasión en cada área de nuestra vida.
Si usted afronta sus relaciones con una actitud cansada y derrotada, va a sufrir. Pero si usted saluda a la gente que ama con pasión, si usted aborda la solución de problemas con pasión, y si nunca deja de buscar apasionadamente sus relaciones, ¡esto tiene un efecto increíble!
Tener una actitud desapegada como muestran en las películas parece genial, pero no es así. Ese tipo de indiferencia mata las relaciones y le quita vida a su carrera. Intensifique su pasión por su carrera y no solo tendrá un mejor rendimiento, ¡sino que atraerá a otros a su equipo!
Esta pasión falta en gran parte del cristianismo hoy, pero fuimos diseñados para servir a Dios con pasión, no con indiferencia. Cuando Jesús habló con dos hombres en el camino a Emaús, sus corazones ardían en su interior. Pero eso significa que su enseñanza evocó emociones, pasión por la vida, un impulso por levantarse y descubrir más acerca de él, y un anhelo de servirlo.
Así es como fuimos diseñados, lea la Palabra para obtener su máximo beneficio: ¡con pasión! El versículo de hoy dice que es más deseable que el oro y más dulce que la miel. ¡Hoy, abra su mente y su corazón a una búsqueda apasionada de Dios, Sus promesas y principios!