Confiar en un traidor en momentos de angustia es como andar con una pierna rota o comer con un diente picado. Proverbios 25:19 (DHH)
Vivimos en un mundo imperfecto, y la realidad es que no en todo el mundo se puede confiar.
El problema es que muchas veces confundimos el amor con la confianza. Se nos ha enseñado a amar incondicionalmente sin ningún compromiso. Aprendemos que todo el mundo merece ser aceptado; no es algo que la gente tiene que ganar. Pero de alguna manera agrupamos la confianza con el amor y la aceptación. Asumimos que debemos confiar en la gente incondicionalmente, pero no es cierto.
La confianza siempre debe ser ganada. Si dependemos de las personas que no han ganado nuestra confianza, eso va a causarnos dolor, al igual que masticar con un diente roto o pisar con una pierna quebrada.
En algunas personas no se puede confiar porque no saben manejar conflictos. A la primera señal de problemas, su instinto es correr. No se puede contar con estas personas para estar allí cuando las cosas se ponen incómodas.
En algunos no se puede confiar porque están más preocupados en tener la razón de lo que están con sus mejores intereses. Usted probablemente ha encontrado gente como esta antes. Son rápidos para juzgar y criticar a todo el mundo y si esa es la forma en que tratan a los demás, ¿cómo puede usted confiar en que no será el próximo?
En otros no se puede confiar porque no hacen seguimiento a los compromisos. Ellos romper promesas una y otra vez, y siempre tienen algún tipo de crisis a la cual culpar y que no pudieron superar. Pueden tener las mejores intenciones, pero simplemente no se puede contar con ellos.
¿Aun así usted extendería el amor, la aceptación y el perdón a estas personas? ¡Absolutamente! ¿Debe confiar en ellos? ¡No! Y no hay nada malo con reservar su confianza para aquellos que la han ganado.