Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu.
Romanos 8: 5 (NVI)
Con frecuencia creemos que nuestros pensamientos son una especie de cosa inmaterial, imaginaria. Pero los pensamientos son reales. Provocan cambios físicos en el cerebro a medida que se almacenan como recuerdos. De hecho, los pensamientos pueden ser medidos y pueden afectar la salud del resto de su cuerpo.
La ciencia está simplemente en ponerse al día con la Biblia, que establece la forma de trabajar como un ser trino (espíritu, alma y cuerpo). La Biblia muestra cómo funcionan el éxito y la prosperidad, la manera como el enemigo se mueve, y habla de cómo sus pensamientos pueden afectar su vida. Este concepto no es nada nuevo.
A menudo asumimos que nuestros pensamientos no son importantes. Suponemos que podemos pensar lo que queramos sin que afecte ningún aspecto de nuestra vida, pero eso no es lo que la Biblia nos enseña. Romanos 8:6 dice que hay un tipo de enfoque que lleva a la muerte, y uno que lleva a la vida.
¿Cuál es este enfoque? Romanos 8:6 lo llama tener una “mente gobernada por el Espíritu” (NVI). Se trata de mantenerse abierto en su vida cotidiana a la guía del Espíritu Santo y centrarse en lo que él quiere enseñarle en la Palabra de Dios.
Lo que usted piensa y en lo que usted se enfoca es muy importante. Es el momento de dejar de centrarse únicamente en usted y en el mundo material. Si usted se centra en la Palabra de Dios y su relación con él, usted se sorprenderá de los avances, epifanías, y logros que comienzan a suceder en su vida.