Atiende a mis palabras, hijo mío; préstales atención. Jamás las pierdas de vista, ¡grábatelas en la mente! Ellas dan vida y salud a todo el que las halla. Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida.. Proverbios 4:20-23 (DHH)
Una vez en diciembre, hablé con un hombre que estaba muy entusiasmado con los cambios que tenía planeados para el siguiente año. Me encontré con él de nuevo un par de meses después y estaba extremadamente negativo. Él dijo: “Realmente no creía que funcionaría de todos modos”. Algo cambió entre nuestra primera y segunda conversación.
Este hombre había tomado la decisión consciente de hacer mejoras, pero en el fondo no creía que funcionara. Su ejemplo me recordó que no es lo que usted piensa o lo que dice lo que determina su futuro, lo que realmente importa es lo que usted cree.
Las creencias, convicciones, suposiciones, actitudes, opiniones, teorías y puntos de vista sobre la vida que usted tiene en su corazón afectan profundamente su vida. Preste especial atención a lo que usted cree, porque cada creencia irradia un resultado positivo o negativo en su vida.
Aunque el hombre con el que hablé tenía la intención de hacer grandes cambios en el Año Nuevo, en el fondo no creía que fuera posible. Lo que realmente creía saboteaba sus buenas intenciones.
Si usted no está obteniendo el resultado que desea para su vida, puede hacer un cambio. Lea su Biblia todos los días para asimilar la verdad vivificadora que se encuentra en sus páginas y solo será cuestión de tiempo antes de que grandes cosas comiencen a derramarse en su vida.