“Dios puede hacer cualquier cosa, ¡mucho más de lo que jamás podrías imaginar o adivinar o pedir en tus sueños más salvajes! Él lo hace, no empujándonos sino trabajando dentro de nosotros, su Espíritu profundamente y suavemente dentro de nosotros.” Efesios 3:20 (MSG)
Cuando usted tiene un sueño en su corazón es muy diferente de tenerlo solo en su mente.
La mente es a menudo el enemigo de los sueños porque tiene un modo de razonar las cosas. Su mente verá obstáculos, limitaciones y riesgos, y le convencerá de que su sueño no puede ser cumplido.
Pero cuando usted tiene un sueño en su corazón, usted lo perseguirá a través de tormentas tremendas. Usted enfrentará el ridículo, dificultades y opiniones negativas que le dicen que no se puede hacer. Su corazón perseverará y continuará persiguiendo el sueño.
Para mantener vivos sus sueños, ellos necesitan pertenecer a la parte de usted donde viven la visión, la esperanza y la fe. En otras palabras, sus sueños necesitan estar arraigados en su corazón.
Usted necesita hacer su parte si usted quiere aferrarse a los sueños que Dios arraiga en su corazón.
Mientras usted hace este devocional, dé permiso al Espíritu Santo para que trabaje “profundamente y suavemente” dentro de usted (Efesios 3:20, MSG). Deje que él moldee los sueños en su corazón mientras usted lee su Palabra. Dios es impresionante y asombroso. Sus planes para usted están más allá de lo que pueda imaginar y si usted lo deja, él le ayudará a alcanzar el fantástico destino que tiene para usted.