Porque el Señor te infundirá confianza y evitará que caigas en alguna trampa. Proverbios 3:26 (DHH)
Para levantar a un líder, Dios tiene que elevar la confianza y la autoestima de ese líder. La confianza y la baja autoestima no pueden vivir juntos. La confianza tiene que venir de saber quién es usted en Cristo y ver lo que Él ve en usted.
Tenga en cuenta que usted puede ser humilde y tener confianza al mismo tiempo. Ser humilde simplemente significa que usted considera que los demás son más grandes que usted. No significa que usted tenga una baja autoestima. Si usted se califica en una escala de 1–10 y se ve como un 9,9, ¡no habría nada arrogante al respecto, siempre y cuando vea a todos los demás como un 10!
Cuando Dios llamó a Gedeón para guiar a su pueblo a una batalla triunfante, primero tuvo que cambiar la visión de Gedeón sobre sí mismo. Dios sabía que Gedeón no podía cumplir su destino con baja autoestima.
Cuando un ángel se le apareció a Gedeón, lo llamó poderoso hombre de valor. Al principio, Gedeón no pudo aceptar ese título. En Jueces 6, usted puede leer cómo Dios le demostró a Gedeón que trabajaría con él, y esta confianza en Dios hizo que la autoimagen de Gedeón aumentara.
Esta conexión es vital. La autoestima saludable no se deriva de su propia capacidad, sino de saber que Dios cree en usted y lo ama y que está dispuesto a trabajar en y con usted.
Dios quiere levantarlo porque su futuro requiere de más confianza. Al igual que Gedeón, desarrolle una confianza en Dios y en Su capacidad y usted hará grandes cosas.