Las armas que usamos no son las del mundo, sino que son poder de Dios capaz de destruir fortalezas. Y así destruimos las acusaciones y toda altanería que pretenda impedir que se conozca a Dios. Todo pensamiento humano lo sometemos a Cristo, para que lo obedezca a él, 2 Corintios 10:4-5 (DHH)
Todo lo que no se encuentra en el cielo no tiene derecho a estar en su vida, y usted puede ejercer su autoridad sobre eso.
Por ejemplo, el diablo odia que haya amor en nosotros, detesta cuando los niños sirven a Dios y las familias se divierten juntas. Él quiere atarlo financieramente hasta el punto en que usted no crea que tiene tiempo para pasar con su familia.
Cualquier cosa que absorba su tiempo y energía y le impida hacer lo que Dios dice, no es Su bendición. Si usted tiene que trabajar 18 horas al día solo para estar bien financieramente, usted no está experimentando Sus bendiciones en esa área. Usted está sacrificando cosas más importantes, y eso no es lo mejor de Dios. Recuerde que Dios le ha dado toda la autoridad. Todo por lo que Jesús murió en la cruz es suyo. ¡Lo que usted tiene que hacer es despertar un espíritu de resistencia!
Cuando se sienta presionado, usted puede simplemente decirle a estas situaciones que se vayan en el nombre de Jesús y agradecer a Dios por sus bendiciones y favores mientras avanza en su vida. La guerra espiritual no tiene que ser ruidosa y loca porque la batalla ha sido ganada. Jesús ya pagó el precio en la cruz.
Sepa que Su favor está en su vida: en el aspecto financiero, en cuanto a protección, salud y relaciones. ¡Vuélvase proactivo! No espere a que la enfermedad o los problemas lo acosen para comenzar a declarar las promesas de Dios sobre su vida y la salud de su cuerpo. Declare provisión sobre las diferentes situaciones que enfrente.