Pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones de esta vida, el atractivo de la riqueza y el deseo por otras cosas, así que no se produce ningún fruto. Marcos 4:19 (NTV)
Ser dueño de cosas buenas y tener un alto nivel de éxito puede ser algo bueno, pero no debemos permitir que esto, se apodere de nuestro tiempo o nuestra billetera. No tenemos que dejar que robe nuestra alegría y consuma nuestros pensamientos.
En Lucas 10:38-42 se dice que Jesús almorzaba en la casa de María y Marta. María se tomó el tiempo para sentarse a los pies de Jesús, había aprendido cuándo desconectarse de su lista de “cosas por hacer”. Martha, sin embargo, estaba “con muchas tareas por hacer y demasiado ocupada” preparando el almuerzo.
Aunque el mismo Jesús estaba sentado en su casa, ella estaba distraída por todo lo que “tenía” que hacer. Ella no se detuvo para pasar tiempo con Él. En su lugar, criticaba a María y trató de decirle a Jesús que la regañara por no ayudarla. Pero la reacción de Jesús mostró su prioridad: la relación. No se trataba del almuerzo perfecto o de una casa impecable.
¿De qué manera en lo que usted gasta su tiempo refleja lo que realmente valora en la vida?
Marcos 4:19 habla de cómo las preocupaciones, las ansiedades y las distracciones pueden ahogar y sofocar la voz de Dios en nuestra vida. El estrés de siempre necesitar más, hace que se tenga una vida ocupada. Las voces nos empujan a hacer, hacer, hacer. Necesitamos saber cuándo dejar de lado nuestra lista de “cosas por hacer” para centrarnos en lo que es importante.
¿Qué puede usted dejar de lado, para tener más tiempo para las cosas que son realmente valiosas?