Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Jeremías 29:11 (DHH)
¿Alguna vez ha sufrido en silencio porque usted no quería que nadie supiera que estaba teniendo dificultades?
Las estadísticas muestran que una de cada cinco personas enfrenta algún trastorno del estado de ánimo. El problema es que a menudo no dicen nada. Para empeorar las cosas, la respuesta cristiana estereotipada es muy poco útil: “Solo olvídelo”. Usted tiene la alegría del Señor. Simplemente no está siendo agradecido. Simplemente usted no está teniendo fe”.
Esa respuesta se basa en la ignorancia, resulta en condena y vergüenza, y no es de Dios. Tiende a mantenerlo callado y en esclavitud. La verdad es que tenemos que hablar de lo que nos pasa porque hay muchas soluciones prácticas que pueden ayudar. Algunos ejemplos son: Los medicamentos, la dieta, los suplementos, el asesoramiento y el estudio de la Palabra de Dios para construir nuevas creencias del corazón.
En el corazón es donde tenemos nuestras creencias más profundas. Lo que usted cree puede traer oscuridad y desesperanza, o fe y una expectativa positiva sobre el futuro. La buena noticia es que podemos reemplazar las mentiras que creemos con la verdad de la Palabra de Dios.
Nunca permita que el enemigo lo convenza de que no hay esperanza, y no permita que el miedo a lo que la gente piense le haga sufrir en silencio. Usted necesita expresarse sobre lo que está viviendo. Busque ayuda de diferentes profesionales y siga estableciendo su corazón en la Palabra.
Algunas de las personas más increíbles que conozco han tenido problemas con los trastornos del estado de ánimo, y no es una cadena perpetua. ¡Vamos a arrojar luz sobre este tema y poner fin al estigma!