Allí Josué colocó las doce piedras que trajeron del Jordán, y dijo a los israelitas: «En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significan estas piedras?”, cuéntenles cómo Israel pasó el río Jordán en seco, Josué 4:20-22 (DHH)
Cuando los israelíes entraron en la Tierra Prometida, cruzaron milagrosamente el río Jordán en tierra seca. Para ayudar a las generaciones futuras a conocer los milagros que Dios había hecho, Josué creó un monumento con doce piedras. Sabía lo importante que era recordar.
Gran parte de la cultura mundial lucha contra la cultura que tenemos en Cristo Jesús. Sin embargo, podemos tomar una lección de la nación israelita. Incluso aunque varias generaciones vivieron en el exilio, conviviendo con culturas que contrastaban drásticamente con la suya, ellos mantuvieron sus creencias. Aunque líderes del Antiguo Testamento, como José, Daniel, Ester y Moisés, fueron increíbles al ganar influencia y posiciones de liderazgo dentro de esta cultura extranjera, ellos nunca olvidaron quién era Dios y qué había hecho en sus vidas.
Usted puede hacer lo mismo con la próxima generación compartiendo historias de lo que Dios ha hecho en su vida.
Al crecer, mis padres a menudo hablaban sobre cómo llegaron a Cristo y todo lo que Dios había hecho por ellos. Compartieron historias de momentos en los que no sabían cómo obtendrían la próxima cena para nuestra familia, pero Dios actuó milagrosamente. Escuchar estas historias fortaleció nuestra fe y nos dio una base firme. De hecho, cuando nos reunimos, aún traemos a la memoria esas cosas, y recordamos la bondad de Dios.
No espere a que le pregunten. ¡Sea creativo! ¡Cree recuerdos en la mente de la próxima generación para que nunca olviden quién es Dios!