Su poder divino, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. 2 Pedro 1:3-4 (VOZ)
El versículo de hoy contiene una poderosa verdad. Dice que Dios nos ha dado todo lo que necesitamos, y que a medida que crecemos en nuestro conocimiento de Él, caminamos en Sus promesas.
Hemos estado en una serie sobre el poder de reclamar las promesas de Dios. Cuando empezamos a hacer esto, podemos estar tan concentrados en nuestros problemas que lo hacemos de forma negativa. En lugar de reclamar paz, pedimos a Dios que nos quite nuestro miedo. En lugar de reclamar salud, le pedimos que elimine nuestra enfermedad.
Esto podría parecer semántica, pero reclamar la solución (en lugar de simplemente eliminar el problema) es un cambio importante en el enfoque.
Si usted enfrenta algo difícil, afirme lo contrario. Por ejemplo, si usted es tratado injustamente, en lugar de orar para que esa situación se detenga, declare el Salmo 5:12, que dice que Dios lo rodea con Su favor como escudo. También reclame Santiago 1:5, que promete que si usted le pide a Dios sabiduría, Él se la dará.
Si usted ha estado pasando por un momento difícil económicamente, en lugar de pedir que se le quite la deuda, agradezca a Dios por sus abundantes bendiciones. Él le ha prometido el poder de ganar riqueza (Deuteronomio 8:18), y que “en todas las cosas en todo momento, teniendo todo lo que usted necesita, usted abundará en toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
¿Qué es lo que usted más quiere para su vida? ¡Siga meditando y reclame esas promesas, porque son suyas, en el nombre de Jesús!