No se dejen ustedes llevar por enseñanzas diferentes y extrañas. Es mejor que nuestros corazones se fortalezcan en el amor de Dios que en seguir reglas sobre los alimentos; pues esas reglas nunca han sido de provecho. Hebreos 13:9 (DHH)
Cuando enfrentamos dificultades en la vida, a veces dejamos a Dios afuera porque creemos que deberíamos tratar de solucionar el problema nosotros mismos. Otras veces creemos que necesitamos ganar Su ayuda siendo mejores u orando más.
De cualquier manera, estamos enfocados en lo que estamos haciendo, no en la gracia de Dios (Su poder y habilidad). El versículo de hoy nos dice que es bueno que nuestros corazones sean fortalecidos por la gracia. La gracia es el poder y la capacidad de Dios, a la cual nosotros como creyentes tenemos acceso en todo momento. No es algo que tenemos que ganar.
Mientras más nos establecemos en la gracia, sabiendo que como creyentes tenemos el poder de Dios en nosotros y que no tenemos que ganarlo, más nos fortalecemos y empoderamos para superar las luchas que enfrentamos.
Necesitamos establecernos en la verdad de la Biblia para poder reconocer y rechazar las mentiras que el enemigo trata de enviarnos, y entonces la verdad se puede irradiar a través de nosotros para producir confianza, paz y alegría.
Nunca caiga en la mentira de que tiene que hacer esto o aquello para que Dios considere curarlo o bendecirlo. Sí, usted necesita leer la Palabra, declararla y actuar en consecuencia, pero eso de alguna manera no lo hace un milagro. Le sirve para convencer a su corazón de que ya tiene lo que él le ha prometido, y le brindará confianza y fe en que Dios aumentará y bendecirá sus esfuerzos.
La verdad es que, por gracia, usted ha sido salvado mediante la fe, ¡y esto también incluye la salvación de la enfermedad, la pobreza y cualquier otra maldición de la ley!