PRESIÓN INTERNA

Leon FontaineEntregate

Nos sentíamos como condenados a muerte. Pero esto sirvió para enseñarnos a no confiar en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. Y Dios nos libró y nos librará de tan gran peligro de muerte. Confiamos en que seguirá librándonos, si ustedes nos ayudan orando por nosotros. Si muchos oran por nosotros, muchos también darán gracias a Dios por las bendiciones que de él recibimos. 2 Corintios 1:9-11 (DHH) 

Es completamente normal sentir presión en cada cambio que usted experimente en la vida, ya sea positivo o negativo. La presión puede motivarle a cambiar y crecer; sin embargo, la presión puede convertirse en una fuerza destructiva si usted permite que se convierta en estrés. Mientras que la presión motiva, el estrés debilita, afectando negativamente su salud y la toma de decisiones. 

Manténgase alejado de la zona de estrés al igualar la presión externa que se ejerce sobre usted con una presión interna que lo empuje de regreso. Cuando se infla un globo, la presión del aire dentro del globo evita que este se desinfle. 

Sin embargo, si usted lo suelta y pierde presión interna, el globo se desinfla rápidamente. Lo mismo sucede en la vida. Siempre habrá presión sobre usted y para evitar desinflarse, usted necesita una presión interna que cumpla o supere las presiones externas que enfrenta. 

En 2 Corintios 1:9-11, Pablo y sus compañeros estaban bajo una presión extrema, pero Pablo compartió la clave para tener una presión interna que superara cualquier cosa que la vida pudiera lanzarle: confiar totalmente en Dios. 

Dios conoce sus debilidades y no está enojado con usted por tenerlas. De hecho, Pablo dijo que a Dios no le importa “rescatarnos tantas veces como sea necesario” (2 Corintios 1: 9-11, El Mensaje). 

La única forma en que usted puede desarrollar la cantidad de presión interna que necesita es confiando en que Dios lo dirija y le muestre el camino que debe seguir todos los días.