Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7 (LBLA)
Dios sabía que no éramos capaces de ganarnos su aceptación. Ningún ser humano es capaz de la perfección, por lo que Él envió a su hijo Jesús para que tomara el castigo por nosotros. A través de Jesús, Él le ofrece un intercambio: Él difiere cualquier castigo que usted deba sobre Jesús y, a cambio, Él le da paz y alegría.
¡Jesús le ofrece un intercambio inmejorable!
Usted puede intercambiar sus sentimientos de condena y culpa por una alegría y paz que es completamente desproporcionada a sus circunstancias. En otras palabras, usted puede sentirse tranquilo incluso mientras atraviesa una situación increíblemente estresante.
Si alguna vez siente que la paz se le ha escapado de los dedos, de un vistazo a su vida mental. ¿Confía en que Jesús ha arreglado las cosas entre usted y Dios? ¿O se siente juzgado y condenado? La condenación nunca es de Dios: Él le mostrará cómo las cosas pueden cambiar en su vida, y evitará que usted se sienta desesperado.
Practique la paz recordando el increíble regalo de amor incondicional de Dios para usted.
Cuando usted se sienta ansioso o estresado, recuerde que ha recibido el regalo más increíble que es Jesús. ¡Concéntrese en Él y tenga gozo y paz todos los días de su vida!