Por las noches, ya acostado, te recuerdo y pienso en ti; pues tú eres quien me ayuda. ¡Soy feliz bajo tus alas! Salmo 63:6-7 (DHH)
La meditación bíblica es muy importante para nuestra vida cristiana, y el rey David nos da varios grandes ejemplos de cómo hacerlo en el Libro de los Salmos.
Basta con mirar la imagen detallada que él pintó en su tiempo de meditación en el Salmo 63. Cada noche David se imaginaba a Dios abrigándolo, levantándolo y ayudándole a ganar. Se veía a sí mismo como un joven halcón o águila siendo cuidadosamente resguardada bajo sus alas protectoras.
David dijo que iba a seguir a Dios como un ave joven sigue de cerca a su madre. Se imaginaba a la poderosa diestra de Dios levantándolo, alcanzándolo en la batalla para tomarlo de sus pies si caía.
David entonces imaginó a sus enemigos. Los versículos 9 al 11 dicen: “Los que buscan mi muerte serán destruidos; bajarán a las profundidades de la tierra. Serán entregados a la espada; y acabarán devorados por los chacales. Pero el rey se regocijará en Dios; todos los que invocan a Dios lo alabarán, pero los mentirosos serán silenciados”.
David ya no tenía miedo de sus enemigos porque cuando pensaba que ellos venían contra él, él los imaginaba cayendo. Y en lugar de preocuparse por los detractores, David imaginaba que sus bocas se detenían.
Tenga en cuenta que sólo podemos obtener resultados imaginando lo que Dios ya nos ha prometido y él había prometido a David la victoria. Estas fueron las imágenes en las que David meditó y que le dieron fuerza.
Usted también puede visualizar las promesas de Dios en su tiempo de meditación, y ¡es un paso poderoso para caminar en lo milagroso!