Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios. Y puesto que somos sus hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria. Romanos 8:16-17 (DHH)
El amor de Dios tiene el poder de satisfacer una profunda necesidad dentro de usted que ningún ser humano puede cumplir. Pero solo escuchar que Él lo ama no es suficiente. Usted debe aceptar ese amor y responder a él.
¿Cómo acepta y responde usted al amor que Dios está enviándole libremente? Eso lleva tiempo, y se logra leyendo Su Palabra y declarando Su Palabra, que es un tipo de oración.
¿Qué dice la Palabra de Dios (especialmente el Nuevo Testamento) sobre el amor que Él le tiene? ¿Es algo que necesitas ganar? No, ¡el amor de Dios es un regalo! Él lo ama desde mucho antes, incluso desde antes de que usted lo conociera a Él. (1 Juan 4:19, Romanos 5:8).
¿Cómo sabe usted que Él lo ama? Él demostró su amor al enviar a Jesús (Juan 3:16) para que usted pudiera formar parte de Su familia (1 Juan 3:1), y Él continúa mostrándonos su amor al proveernos (Filipenses 4:19), educarnos (Hebreos 12:8-11), guiarnos, protegernos y fortalecernos (Romanos 8:35-39) y al derramar Su bendición y favor sobre nosotros cada día (Salmos 68:19, Efesios 1:3)!
Todos los días, medite y reclame la escritura en voz alta. Puede parecer un poco tonto al principio, pero hará una gran diferencia en su vida. Dígase a sí mismo: “Dios me ama”. Estoy en Su familia. Él se preocupa por cada asunto de mi vida. Él me está guiando hoy. Él me está protegiendo hoy. ¡Él me está entrenando y fortaleciendo porque me ama, y Su favor y bendiciones están en mi vida!