Pero soy lo que soy porque Dios fue bueno conmigo; y su bondad para conmigo no ha resultado en vano. Al contrario, he trabajado más que todos ellos; aunque no he sido yo, sino Dios, que en su bondad me ha ayudado.1 Corintios 15:10 (DHH)
Cuando usted reclama las promesas de Dios sobre su vida, no lo está haciendo para recordarle a Dios lo que Él ha prometido. Él no lo ha olvidado. Usted tampoco las declara para ganarlas. Las declara como parte del proceso de renovación de su mente. Usted está plantando semillas, lo que establece (o reestablece) la visión de Dios para su vida en su corazón.
La visión que usted tiene en su corazón libera fuerza para su vida. Son estas imágenes las que determinan por ejemplo, las limitaciones para sus finanzas. Lo que usted imagina en su corazón también determina cómo enfoca sus relaciones y lo que usted puede hacer.
¡Leer la Biblia no es aburrido, si usted lo hace bien! Comience con el Nuevo Testamento y escriba los versículos que llamen su atención. Luego, en soledad cuando pase un rato tranquilo, pídale a Dios que le ayude a tener una nueva visión basada en lo que dice Su Palabra.
Cuando usted comience a imaginar lo que Dios dice que puede tener, notará que las cosas comienzan a cambiar en su vida. Esto es lo que significa el versículo de hoy cuando dice que Dios obra a través de usted por Su gracia.
No desperdicie su tiempo pensando en sus problemas o pensando en las cosas que desearía poder cambiar. Medite en las respuestas. Deje que su imaginación lo lleve a un mundo donde las promesas de Dios se cumplen en su vida. Imagine una gran relación con Dios y con los miembros de su familia; una mente tranquila, pacífica; salud; energía; las finanzas que necesita; sentido de propósito; alegría y risas todos los días. ¡Usted estará en camino de experimentar un mundo completamente nuevo!