Ahora bien, si Cristo vive en su interior, su presencia significa que su naturaleza pecaminosa ha muerto, pero su espíritu es vida a causa de la justicia que él trae consigo. Romanos 8:9-11 (PHILLIPS)
Lo viejo está muerto.
En algunas versiones bíblicas de los versículos de hoy, “naturaleza pecaminosa” se traduce como “carne”, pero al hacerlo, el significado cambia sustancialmente. Todos luchamos por no dejar que nuestros deseos carnales gobiernen nuestras elecciones, esos hábitos o deseos egocéntricos que quieren movernos hacia la gratificación instantánea. Debemos vivir por la Palabra y el Espíritu de Dios, no por los deseos de la carne, y esto implica una elección diaria.
Sin embargo, no necesitamos luchar para vencer nuestra naturaleza pecaminosa. Cuando entregamos nuestras vidas a Cristo, esa vieja naturaleza es removida y recibimos una nueva naturaleza, la naturaleza de Dios. Esto no es algo en lo que trabajamos. Es un hecho. En Cristo, usted es una nueva creación.
¿Porque es esto importante? Porque esa naturaleza pecaminosa ya no está en usted y usted necesita darse cuenta de ello.
Romanos 6:17-18 dice que una vez fuimos esclavos del pecado, pero en Cristo hemos sido liberados. Usted aun tienes viejos hábitos y creencias, así que es importante renovar su mente con la Palabra de Dios, pero usted ya no tiene una naturaleza pecaminosa. Usted ya no es esclavo del pecado; usted es aceptado por Dios, es un miembro de Su familia con Su ADN espiritual, Su naturaleza.
Un patito tiene la naturaleza de un pato. Un potro tiene la naturaleza de un caballo. Como hijo de Dios, usted tiene la naturaleza de Dios, lo que significa que usted tiene el poder de superar la adicción, el pecado, el miedo, la depresión, la infelicidad, la ansiedad y la preocupación. ¡Nada tiene el poder de mantenerlo abajo!