Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente, alguno de ustedes parezca quedarse atrás. Hebreos 4:1
Tener un día de descanso es grande, pero nosotros como creyentes también necesitamos recordar que hay un descanso en el que podemos entrar durante toda la semana.
Nuestra vida cotidiana no debe estresarnos tanto que lleguemos a derrumbamos los fines de semana. No tenemos que soportar noches sin dormir, noches de ansiedad o esforzarnos en extremo durante cincuenta semanas al año sólo para desesperadamente tratar de relajarnos en nuestras dos cortas semanas de vacaciones. Eso no es vivir. El versículo de hoy dice que tenemos una promesa de descanso.
Tenemos que ser cuidadosos. En nuestro día a día, a menudo queremos impresionar a la gente con lo ocupados que estamos. Cuanto más ocupados estamos, más importante nos sentimos, pero frenéticamente ocupados y estresados no es cómo Dios quiere que vivamos. No estoy diciendo que no podemos ser productivos. Usted podría ser el CEO de una compañía que aparece en fortune 500, y aun así experimentar el descanso de Dios.
El Espíritu Santo en usted le da poder para vivir en paz. Si usted quiere seguir haciendo lo que está haciendo durante mucho tiempo, no se permita estresarse al punto que tenga que renunciar. Nunca permita que el miedo robe su paz y alegría. Si alguien o algo empiezan a estresarlo, siga alegrándose en Jesús. Filipenses 4 habla de regocijarse en él y dar a conocer sus peticiones a Dios con acción de gracias, y su paz, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará su corazón y su mente.
Usted puede caminar en el reposo de Dios, incluso en medio de una tormenta, si sigue orando, alabando y agradeciendo a Dios.