Toda mi vida te bendeciré, y a ti levantaré mis manos en oración. Salmos 63:4 (DHH)
Los creyentes están diseñados para funcionar en la presencia de Dios. Simplemente no podemos manejar las presiones y tensiones de la vida sin él.
La presencia de Dios está en nosotros como creyentes, pero todavía necesitamos dirigir nuestro enfoque hacia él para mantenernos conscientes de esa presencia, y una de las mejores maneras de hacerlo es alabándolo.
La Palabra de Dios nos da muchas maneras diferentes de poder alabar a Dios. Algunas, como el canto, son muy familiares. Otras, como reír, gritar o bailar, pueden parecer muy extrañas si no las hemos experimentado antes.
Otra manera de alabar a Dios que puede parecer extraña en un principio es levantando nuestras manos, pero la Palabra de Dios menciona este tipo de alabanza varias veces. El versículo de hoy habla de alzar las manos en alabanza, el Salmo 134:2 dice: “Eleven sus manos hacia el santuario y bendigan al Señor”, y 1 Timoteo 2:8 dice: “Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas”.
Se necesita esfuerzo para levantar las manos mientras alaba a Dios, pero es una elección que usted puede hacer y la Biblia dice que es una manera de alabarlo.
Si levantar las manos en alabanza no es algo con lo que usted creció, haga la prueba la próxima vez que esté alabando a Dios, solo, en casa. Alabar a Dios nos hace ser más conscientes de la presencia de Dios en nuestras vidas, y puesto que levantar las manos es una manera de alabar a Dios, el hacerlo, puede ayudarle a ser más consciente de su presencia.