Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, Romanos 8:1 (DHH)
Cuando usted se siente herido, a menudo no es debido a la gente que lo rodea. Cuando usted llega al fondo del asunto, las heridas en los sentimientos a menudo tienen más que ver con lo que está sucediendo dentro de usted.
La vergüenza, por ejemplo, causa todo tipo de problemas en las relaciones. Si usted nunca ha aceptado el perdón de Dios o ha tomado conciencia del hecho de que usted es una nueva creación en Cristo, usted será fácilmente herido. Cada vez que alguien lo corrija o le pregunte, sentirá que es un ataque total a su autoestima. Y debido a que usted siente que tiene algo que ocultar, tendrá problemas para conectarte con los demás emocionalmente.
Si usted está lidiando con esto en su matrimonio, usted no se conecta con su cónyuge o siente que él o ella están constantemente hiriendo sus sentimientos, usted puede comenzar a pensar que se casó con la persona equivocada. No estoy diciendo que su cónyuge sea perfecto, pero antes de renunciar a la relación, usted se debe preguntarse si hay una cuestión más profunda dentro de usted que puede estar contribuyendo al problema.
La buena noticia es que usted puede vencer la vergüenza, porque si usted ha dado su vida a Jesús, usted es recto con Dios. Dios no está enojado con usted. No lo condena y no está buscando atraparlo. Él lo ama, lo acepta por completo, y ¡tiene grandes planes para su vida!
Según la Palabra de Dios, su identidad es vencedora, usted es nacido de Dios, hijo del Rey. Deje que la Palabra de Dios construya su autoestima, porque cuanto usted más ahogue esos sentimientos de vergüenza con la verdad acerca de cómo son los sentimientos de Dios hacia usted, con menos facilidad usted será herido y mejores serán sus relaciones.