LOS ÁNGELES: EN EL TEMOR DE DIOS

Leon FontaineEntregate

No dejen que los condenen esos que se hacen pasar por muy humildes y que dan culto a los ángeles, que pretenden tener visiones y que se hinchan de orgullo a causa de sus pensamientos humanos. 19 Ellos no están unidos a la cabeza, la cual hace crecer todo el cuerpo al alimentarlo y unir cada una de sus partes conforme al plan de Dios. Colosenses 2:18–19 (DHH)

Ayer comenzamos una nueva serie de devocionales sobre el tema de los ángeles. Comenzamos destacando el hecho de que los ángeles nunca deben restar valor a nuestra relación con Jesús. 

Pablo hace énfasis en este sentimiento en el versículo de hoy, y nos advierte que no nos unamos a la obsesión de otros con los ángeles o las visiones. Debemos mantener nuestro enfoque en la fuente: ¡Jesús! 

¿Se supone que debemos sentir temor por los ángeles? No, los ángeles temen a Dios, ¡y nosotros debemos hacer lo mismo! 

Cuando se abrieron los ojos de Ezequiel para ver la sala del trono de Dios, los ángeles que describió eran bastante asombrosos. Isaías tuvo una visión similar en la que los ángeles que rodeaban el trono de Dios se decían unos a otros: “Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria “(Isaías 6:3). Estos ángeles estaban embelesados con Dios. ¡Esa es la actitud que necesitamos tener! 

En ninguna parte de la Biblia encontramos que debamos seguir a los ángeles, y debemos darnos cuenta de que la mayoría de las veces ellos trabajan en un segundo plano, sin ser vistos por nosotros. Personalmente, nunca he visto ni hablado con un ángel, pero creo que están trabajando en mi vida todos los días. No necesitamos buscar encuentros con ellos para beneficiarnos de lo que hacen por nosotros. 

Los ángeles adoran y temen a Dios. Ellos no intentan exaltarse por encima de él. Mientras estudiamos a los ángeles, ¡reavivemos nuestra admiración por Dios!