El Señor te pondrá en el primer lugar, y no en el último; siempre estarás por encima de los demás, y nunca por debajo, con tal de que atiendas a los mandamientos del Señor tu Dios, que yo te ordeno hoy, y los pongas en práctica, Deuteronomio 28:13 (DHH)
Muchos cristianos se sienten culpables por querer tener éxito. Les preocupa que Dios se sienta infeliz con ellos si van por más de lo que ya tienen.
El problema es, ¿quién está mejor en mejor posición para ayudar a los demás? ¿Alguien que apenas está empezando o alguien que lo está haciendo bien y tiene más que suficiente?
Tenemos que dejar de caer en estas creencias religiosas limitantes. Tenemos que tener en cuenta que no debemos ser codiciosos, tenemos que tratar a los demás de manera justa, el orgullo es destructivo. ¡Pero servimos a un Dios increíble que nos da poder para triunfar mientras usted se mantenga humilde para darle el crédito! Su poder en nosotros nos ayuda a administrar nuestro dinero con sabiduría para que podamos crecer mientras estamos siendo generosos con los necesitados. ¡Es posible hacer ambas cosas, y estamos capacitados para hacerlo!
Ninguno de nosotros piensa tan grande como Dios lo hace. Cada promesa en la Biblia es sobre ganar, triunfar y levantarse. No se trata escasamente de sobrevivir. Así que no se limite ni se deje llevar por la mentalidad del cangrejo en la cubeta. En vez de eso, rodéese de gente que esté alcanzando los niveles que usted desea alcanzar, y sea inspirado por ellos para ir más lejos y llegar más arriba.
Ustedes están llamados a influir y ser la cabeza y no la cola, estar arriba y no abajo. Y a través de su ética de trabajo, éxito, bondad y similitud a Cristo, usted va a ayudar a la gente y atraer a otros a Cristo.