El hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará. Eclesiastés 3:11 (DHH)
Los momentos de Dios están a su alrededor y pueden manifestarse donde sea que usted vaya.
Dios organiza “coincidencias” para usted todos los días. Él desde antes que el mundo comenzara sabía dónde usted estaría y cuando, así que no es casualidad que se encuentre con ciertas personas que necesitan de su ayuda.
En realidad, Él organiza estas oportunidades para usted todo el tiempo. Por ejemplo, Él podría ubicarlo en una línea determinada en el supermercado para que pueda hablar con una joven que está teniendo un día particularmente frustrante. Cuando usted la anime, probablemente ella se sorprenderá por la coincidencia. Ella no podrá creer que alguien haría todo lo posible para alegrar su día en ese día en particular, y podría preguntarse: ¿Será que Dios lo arregló?
De hecho, esto sucedió, y finalmente la persona que dio el animó a la chica, invitó al cajero a la iglesia. ¡Más tarde, este cajero invitó a algunos de los otros cajeros y ahora siete de esa tienda asisten a nuestra iglesia! Las pequeñas cosas cuentan. Eclesiastés 3:11 dice que no entendemos todo el alcance de la obra de Dios de principio a fin. En otras palabras, nuestros cerebros nunca podrán comprender completamente cuán importante es nuestro papel.
Usted puede tocar la vida de muchas personas desde el principio de su vida hasta el final — con cada palabra y acción amable, con cada vez que usted influye en alguien con su ejemplo, con cada persona que da su vida a Cristo porque vieron algo en usted que les gustó.
Siga haciendo pequeñas cosas… usted solo se dará cuenta del impacto total cuando llegue al cielo.