Háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones, Filipenses 2:14 (DHH)
Un hombre me dijo una vez: “Pastor, me encantaría su trabajo. Predica, alienta a las personas y ora por ellas… Me encantaría hacer lo que usted hace”. También me encanta lo que yo hago, pero predicar y orar con las personas es solo una pequeña parte de lo que hago. Gran parte de mi tiempo lo paso en reuniones y cuidando otros aspectos de mi posición, la mayoría de los cuales no son tan divertidos.
A todos nos gustaría que todos los días fueran perfectos. Pero el hecho es que la vida requiere de trabajo duro. Una vez que usted acepte que para nadie la vida es fácil, podrá trabajar duro mientras disfruta cada día y ¡vive la vida al máximo!
Filipenses 2:14 nos instruye a que hagamos todas las cosas sin murmurar, lo que nos gusta y lo que no nos gusta hacer. Cuando nuestros hijos estaban siendo entrenados para ayudar en la casa, ninguno de ellos bailó alegremente cuando les dijeron que era su turno de limpiar el baño. Para decirle la verdad, ¡tampoco estoy emocionado cuando me toca a mí! Pero todos tenemos que hacer cosas que no nos gustan.
En realidad, murmurar y quejarse es solo hablar con ingratitud. Cuando usted está agradecido, no se queja ni murmura. A pesar de que haya resultados que tardan en varias áreas de su vida, usted puede elegir estar agradecido por lo que tiene hasta ahora.
Pregúntese: “¿De qué me quejé esta semana?” Si es su matrimonio, ¿por qué puede estar agradecido de su cónyuge? Si su salud es el problema, ¿cómo ha visto la manifestación de Dios en el pasado? ¿Puede darle las gracias por eso? Construya su fe en el área en la que usted tiende a quejarse declarando las promesas de Dios y agradeciéndole de antemano.