El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 6:23 (DHH)
A algunas personas les preocupa que cuando a la gente se le enseña que Dios los ama a pesar de su comportamiento, se está fomentando el pecado. Estoy en desacuerdo. Cuando usted se esfuerza por hacerlo solo, tratando de contener todo el pecado que hay en usted, solo logra concentrarse más en el pecado.
Desafortunadamente, cuanto más usted se enfoca en el pecado, más poder le da sobre usted. No estoy diciendo que el pecado no importe, pero nos hemos alejado del mensaje de la gracia, cuando nuestra conducta se convierte en el factor determinante de cuán bendecidos creemos que podemos ser.
Aunque el pecado hace un gran daño a su alma, el dolor y los problemas que resultan del pecado no provienen de Dios. Una vez que usted decide confiar en Cristo Jesús, solo amor y bendiciones tienen cabida entre usted y Dios. En Hebreos 8:12 (DHH), Dios dice «Yo les perdonaré sus maldades y no me acordaré más de sus pecados».
Sin embargo, el pecado hace que usted se aleje de Dios… a pesar de que Él nunca se aleja de usted. Además, las relaciones que usted tiene con los demás se ven afectadas negativamente cuando usted peca. Si usted engaña a su cónyuge, Dios lo perdona, pero es posible que su cónyuge nunca vuelva a confiar en usted. ¡Cuando usted acelera, el oficial de policía que lo detiene puede que no lo perdone!
En realidad, la gracia de Dios está aquí para ayudarlo a superar los desafíos y las tormentas de la vida. Hebreos 4:16 dice: “Entonces, acerquémonos al trono de la gracia de Dios con confianza, para que podamos recibir misericordia y encontrar la gracia que nos ayude en nuestro momento de necesidad”. Usted siempre puede contar con Su misericordia cuando comete fallas y con Su habilidad y provisión cuándo lo necesite.