”Se lo traje a tus discípulos, pero ellos no pudieron curarlo.” Y Jesús reprendió al demonio, el cual salió del muchacho; y este fue curado desde esa misma hora.
Mateo 17:16,18 (NKJV)
Todos necesitamos la fe obstinada, la fe que produce lo milagroso.
Nosotros podemos encontrar en la Biblia ejemplo tras ejemplo de este tipo de fe, y cada historia fue incluida por una razón. Cada una tiene algo que enseñarnos sobre la fe, y hoy me gustaría cubrir un aspecto de la fe que se destaca en Mateo 17: NUNCA TOME UN NO POR RESPUESTA.
En Mateo 17:14-20, encontramos el relato de un hombre que trajo a su hijo a Jesús para ser sanado. El hombre estaba desesperado. Su hijo era un epiléptico cuyas convulsiones a menudo lo hacían que se arrojara al fuego o al agua, por lo que el hombre temía por la vida de su hijo.
El hombre había presenciado a los discípulos de Jesús haciendo milagros, por lo que trajo a su hijo a ellos para que fuera sanado, pero no pudieron liberarlo. Ahora, esto pudo haber sido suficiente para disuadir a algunos, pero este hombre tenía una fe obstinada. Él no aceptó un no como respuesta, y cuando trajo a su hijo a Jesús, este fue sanado.
Las promesas de Dios son verdaderas y si eres un creyente, son suyas.
No importa cuántas veces haya usted orado. No importa cuántas veces otros hayan orado por usted o puesto sus manos sobre usted. No importa cuántos médicos o expertos hayan dicho que no hay esperanza.
La fe obstinada dice: “Es la voluntad de Dios que yo reciba sus promesas, así que no estoy tomando un no como respuesta”.