El Señor dice: «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir. Salmos 32:8 (DHH)
Con frecuencia dudamos en confiar en el Espíritu Santo porque tememos que nos exija que hagamos cosas que odiamos. Nos preocupa tener que renunciar a todo lo que amamos y pasar nuestras vidas en un sacrificio miserable sin ningún disfrute.
Eso simplemente no es cierto. Cuando usted es guiado por el Espíritu Santo, Él le da acceso a una vida abundante. A él no le falta nada y no le está ocultando a usted nada. Aunque este mundo en el que vivimos no es perfecto, Él ha planeado una gran vida para usted. ¡Puede confiar en Él completamente!
Con frecuencia estamos tan concentrados en nosotros mismos que olvidamos que nuestra relación con el Espíritu Santo es una calle de dos vías. Él también necesita poder confiar en usted.
Antes de seguir adelante, recuerde que la confianza y el perdón no son lo mismo. El Espíritu Santo siempre lo perdona, pero solo lo promoverá si Él puede confiar en que usted será obediente.
Antes de que Él lo promueva a un nuevo nivel de responsabilidad, Él quiere asegurarse de que usted está listo para ello. Él ha colocado muchos dones dentro de usted, no solo uno. En la medida en que usted le sirva a Él, habilidades y destrezas surgirán en su interior, cosas que usted nunca pensó que estuvieran allí. Pero antes de que Él le permita avanzar, Él necesita saber lo que usted hará cuando llegue allí. Él multiplicará todo lo que usted hace Si puede confiar en usted.
Escuche al Espíritu Santo y sea obediente; usted cumplirá la asombrosa aventura que Él tiene para usted. Búsquelo primero y haga que su deseo número uno sea conocerlo a Él.