La Alabanza Es Una Elección Consciente

Leon FontaineEntregate

Este es el día que el Señor actuó; regocijémonos y alegraremos en él. Salmos 118:24 (KJV)

 

Nosotros como cristianos asumimos a menudo que la presencia de Dios es algo que viene y se va, que de repente puede llenar la habitación y puede salir de la habitación con la misma rapidez. El problema con esta creencia es que nos hace pensar que la presencia de Dios es efímera, que es impredecible y que no tenemos ningún control sobre si su presencia está o no con nosotros.

La verdad es que la presencia de Dios está siempre con nosotros. Su espíritu vive en nosotros después de todo; no va y viene. Lo que va y viene es nuestra conciencia de él.

Tomar conciencia de la presencia de Dios requiere un esfuerzo consciente. Y la alabanza no es algo que usted hace justo cuando le apetece. La alabanza es una función de la voluntad, y es a menudo más poderosa en aquellos momentos en los que usted no tiene el ánimo de alabar a Dios en absoluto.

Como creyentes, no vivimos por nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos no dictan nuestro comportamiento ni nuestras actitudes. El versículo de hoy no dice: “Este es el día que el Señor ha hecho; tengo ganas de regocijarme”. Dice: “Me regocijaré y me alegraré en ello”.

Cuando usted escoge regocijarse, aun cuando no le guste, se da cuenta de la presencia de Dios. Usted comienza a sentir su poder en usted, y entonces los buenos sentimientos vienen y usted comienza a sentirse contento por su día. No es al revés.

La próxima vez que usted se sienta mal, ponga algo de alabanza vivificante, música de alabanza y comience a dar gracias a Dios. Decida que va a vivir cada día de su vida alabando, porque la alabanza ayuda a crear una atmósfera donde lo milagroso puede suceder.