No quiero rechazar la bondad de Dios; pues si se obtuviera la justicia por medio de la ley, Cristo habría muerto inútilmente. Gálatas 2:21 (DHH)
Los creyentes a menudo confunden la ley del Antiguo Testamento y la gracia del Nuevo Testamento. Piensan que necesitan calificar para el Cielo de alguna manera o que necesitan ganarse las promesas de Dios.
Antes de que Jesús muriera por el pecado de la humanidad, dependía de nosotros ganar nuestra aceptación ante Dios. Debido a que la perfección es humanamente imposible, Dios permitió que Su pueblo transfiriera su pecado a un cordero, que luego tenía que ser sacrificado para pagar el precio por su desobediencia.
La gracia es una historia completamente diferente.
Cuando usted decide confiar en Cristo, Él se convierte en el cordero supremo que toma todos sus pecados, pasados, presentes y futuros. De acuerdo con Romanos 10:9, cuando usted acepta lo que Jesús ha hecho por usted y confiesa a «Jesús como Señor, y con tu corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación» Romanos 10:9(DHH). Él toma cualquier castigo que usted merece.
La gracia tiene que ver con lo que Jesús ha hecho, no con lo que usted ha hecho o ha dejado de hacer. Cuando usted intenta ganarse su aceptación, Gálatas 2:21 dice que usted frena la gracia de Dios. De hecho, lo que Jesús hizo en la cruz queda nulo y sin efecto. Después de todo, ¿cuál fue el punto de que Jesús se sacrificara si usted aún necesita ganarse la salvación?
Jesús murió por TODOS sus pecados; Usted califica para TODAS las bendiciones de Dios.
¿Usted lo cree?