No power in the sky above or in the earth below—indeed, nothing in all creation will ever be able to separate us from the love of God that is revealed in Christ Jesus our Lord.
Romans 8:39 (NLT)
Lo que Jesús logró para nosotros es amor verdadero.
Si se fija, el amor de Dios es incondicional. Él le ama sin importar como usted lo trata a Él, y usted y yo tenemos la capacidad de amar de esa manera porque nosotros tenemos Su naturaleza en Cristo.
Si usted ama con amor condicional, hay consecuencias. Si usted es un padre, usted podría darle a un hijo que mantiene su cuarto ordenado más amor que a uno al que tenga que recordárselo todos los días. Pero si usted demuestra más amor al que tiene su cuarto ordenado – esto es importante- estará enredando la manera de pensar de este chico, ya que le estará enseñando que su desempeño le mereció este amor. Él pensará que tiene que ser perfecto.
El otro chico con el cuarto desordenado sufrirá también, porque eventualmente desistirá de tratar de ganar su amor. Él llegará a pensar que nunca estará a la altura, y dejará de intentarlo.
No estoy diciendo que los padres no pueden nunca trabajar con un hijo y su comportamiento, pero sí que necesitan demostrar amor mientras lo hacen. Los hijos necesitan saber que nada de lo que hagan cambiará el amor de los padres por ellos. Mientras enseñan a ese hijo, ellos pueden transmitir su amor y respeto por él y hacerle saber que están felices de tenerlo en la familia.
Entender el amor incondicional de Dios por nosotros nos ayuda a amar a otros con la misma clase de amor. Y cuando lo hacemos, comenzamos a construir relaciones increíbles.