Así que en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios por la fe.
Gálatas 3:26 (NVI)
Si usted ha dado su vida a Jesucristo, usted ha recibido una nueva naturaleza. Ahora usted tiene la naturaleza de Dios, su ADN y nadie puede robarle eso.
Como comentamos ayer, solo su decisión de aceptar a Cristo tiene el poder de cambiar su naturaleza.
Cuando usted dio su vida a Cristo, esa decisión lo convirtió en una creación completamente nueva en Cristo. Eso es lo que usted es ahora. Sus propios errores y malas decisiones no cambian esa identidad.
Ahora no me malinterpreten, las malas decisiones pueden provocar la pérdida de muchas cosas, incluyendo su mente, su salud, su familia, e incluso su libertad si va a la cárcel. Se podría entrar en adicciones y desordenar toda su vida. Si esto sucede, usted puede comenzar a pensar que Dios lo ha abandonado, que sus posibilidades se han ido, que usted está acabado, y no hay ninguna esperanza.
Eso no es verdad. Siempre hay esperanza. Incluso si usted se ha desviado muy lejos de Dios, usted puede consagrar nuevamente su vida a Cristo. Y como un hijo de Dios, usted tiene el poder de cambiar sus creencias para alinearse con la Palabra de Dios. Esto es increíblemente poderoso. Su vida puede cambiar dramáticamente, y usted tiene que tener presente lo que el Espíritu de Dios ha hecho en su espíritu.
Nadie tiene el poder de alejarlo de la mano de Dios, ni siquiera el enemigo. Él le puede mentir todo lo que quiera y va a meterse con sus sistemas de creencias si usted no sigue estudiando la verdad en la Palabra de Dios, pero él no puede tocar su espíritu.
Usted es nacido de nuevo, lleno del Espíritu, intenso con la Biblia, hablador en lenguas, ¡hijo del Rey para pisotear al diablo!