Donde hay amor no hay miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo, pues el miedo supone el castigo. Por eso, si alguien tiene miedo, es que no ha llegado a amar perfectamente. 1 Juan 4:18 (DHH)
¿Qué se imagina cuando piensa en el futuro?
Todos nos imaginamos el futuro, nos demos cuenta o no. Si usted se preocupa de lo que está por venir, su imagen del futuro se basa en el miedo, no en la fe. La buena noticia es que el versículo de hoy dice que el amor perfecto echa fuera el temor. Al Espíritu Santo le encanta dirigirlo a la verdad del amor de Dios tanto por usted como por quienes lo rodean, mostrándole promesas que le ayuden a superar lo que sea que usted esté enfrentando.
Por ejemplo, digamos que usted no puede dejar de preocuparse de que sus hijos le den la espalda a Jesús (o sigan viviendo un estilo de vida que los aleje de su relación con Dios). Cuando usted piensa en el futuro, usted los imagina abusando de las drogas, siendo promiscuos o simplemente ignorando su fe.
Todas estas imágenes están basadas en el miedo, pero usted puede cambiar esto. Usted puede imaginar las manos de ellos levantadas en adoración, cumpliendo su llamado. Imagínelos con una renovada pasión por Jesús y compartiendo su fe con otros. Cuando usted ore, base esas oraciones en las promesas de Dios. Por ejemplo, usted podría decir: “¡Gracias, padre, porque confío en que toda mi casa se salvará!” (Véase Hechos 16:31).
Practique la visualización del futuro que Dios quiere para usted y su familia, un futuro basado en Sus promesas. Usted no lo está forzando a nada. Él es amor y ¡Él ya le ha prometido y ha puesto estas cosas a su disposición!