El que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, dice al Señor: «Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!» Salmo 91:1-2 (DHH)
Todos tenemos creencias profundas que forman nuestras expectativas en la vida, de algunas somos conscientes y otras son inconscientes. De todos modos, estas creencias ayudan a dirigir nuestras vidas, y cada una tiene una imagen correspondiente.
Por ejemplo, tal vez usted viva con miedo constante por la seguridad de su familia. Si es así, su imagen del futuro podría estar llena de ansiedad y preocupación porque siempre está imaginando el peor de los casos.
Si su corazón está obsesionado con expectativas de temor, usted puede hacer que crezca la fe y la confianza aprendiendo y centrándose en las promesas de Dios. Por ejemplo, el Salmo 91 está lleno de promesas de protección. Al leerlo, usted puede hacer de este su mantra: “Dios es mi refugio y mi fortaleza. En Él confiaré”.
En el Salmo 91, Dios promete liberarnos de nuestros enemigos y de la enfermedad. Él promete cubrirnos en protección, como pajaritos protegidos bajo poderosas alas. Bajo Su protección, el salmo dice que no tendremos miedo a nada, y que incluso cuando la tragedia golpea a nuestro alrededor, no se nos acercará. Él ha encargado a sus ángeles para que nos mantengan en todos nuestros caminos. ¡Nuestro Padre Dios nos libera y nos muestra Su increíble salvación, en cada área de nuestra vida!
¿Qué imágenes tiene usted del futuro? ¿Estas se alinean con las promesas de Dios? Si no, comience a plantar en su corazón la verdad de la Palabra de Dios. ¡No solo cambiarán las imágenes, sino también su expectativa y experiencia!