El Señor enviará su bendición sobre tus graneros y sobre todo lo que hagas, y te hará vivir feliz en el país que va a darte. Deuteronomio 28: 8 (DHH)
¿Alguna vez habla cosas que no son de bendición? Lo que usted dice repetidamente sobre sí mismo lo influencia. Si usted dice: “Simplemente no soy bueno con la gente”, dejará de desarrollar relaciones gratificantes. Si hay distanciamiento en su matrimonio y siempre está diciendo: “Somos muy diferentes”, usted dejará de trabajar en la proximidad.
Frases negativas como “no soy lo suficientemente inteligente”, “nunca saldré adelante” o “simplemente no soy bueno con el dinero”, harán que usted deje de declarar las bendiciones que Jesús ganó al morir por usted.
Mientras tanto, no es su falta de habilidad u oportunidad lo que lo limita de experimentar lo que Dios le ha prometido. Dios no dijo que era su cerebro, su apariencia o cualquier otra cosa lo que lo calificaría para ser bendecido. Dios ha ordenado bendiciones sobre usted, todas ellas vienen de Él.
Ahora, si usted no está experimentando lo mejor de Dios en un área de su vida, no se sienta condenado por ello. Todos estamos en un viaje en esta vida. Lo que digo es que todos esperamos recibir y experimentar las bendiciones y promesas de Dios en nuestras vidas.
Resista la tentación de buscar razones por las que todavía no tiene lo que Dios le ha prometido. No es por el lugar donde vive, el idioma que habla o el color de su piel. Los problemas que usted tiene y las personas que lo rodean no determinan lo que usted puede tener. Tampoco influyen sobre usted los errores pasados o equivocaciones que usted haya cometido.
Todo es posible con Dios… Así que hable positivamente. ¡Espere grandes cosas!