¿Y cómo predicarán si no son comisionados y enviados [para ese propósito]? Así como está escrito y permanece para siempre escrito: “¡Qué hermosos son los pies de aquellos que traen buenas noticias de las cosas buenas!” Romanos 10:15 (AMP)
¿Alguna vez se ha despertado con un nudo en el estómago? Si es así, es probablemente porque usted está esperando que algo malo suceda.
El problema es que las expectativas a menudo influyen en la realidad. En lo positivo, lo llamamos fe. Comienza con la esperanza, que se construye en una expectativa confiada, y esa expectativa ayuda a producir lo que estamos esperando.
Pero si esperamos que algo salga mal, eso es esperanza en lo negativo, y puede hacer que las cosas salgan mal. No es porque Dios quiere que salgan mal o porque usted lo merezca, sino porque sus expectativas lo conectan con lo que usted teme y le asusta.
Mientras tanto, nosotros como creyentes no tenemos razón para esperar lo negativo. Dios nos ha perdonado; no trae cosas malas a nuestras vidas. Él sólo trae bendiciones. Cuanto más usted estudie esta verdad en la Palabra de Dios, más empezará a esperar que le sucedan cosas buenas.
Es como una semilla que se siembra en el suelo. Cuando llueve y el sol brilla, la semilla crece. Si usted permite que la enseñanza de la Palabra de Dios entre, esta necesita tiempo para crecer dentro de usted y sacar lo viejo. Y entonces usted empezará a esperar que le sucedan cosas buenas. Comenzará a tener esperanza y su fe crecerá.
Siga estudiando las promesas de Dios en Su Palabra y usted comenzará a esperar que las cosas salgan bien. Como una semilla, esta expectativa crece en su corazón hasta que usted se encuentra despertando cada mañana y diciendo: “Algo bueno va a suceder hoy. ¡Sólo lo sé!