Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Juan 17:17 (LBLA)
Si usted solo conoce la verdad desde el punto de vista del cerebro y no confía en esa verdad en lo profundo de su corazón, usted será un cristiano frustrado. Usted conocerá la verdad mentalmente, pero la verdad no lo liberará. La verdad solo lo libera cuando usted la conoce en lo profundo de su corazón y la hace parte de usted.
¿Cómo consigue usted que esta verdad impacte las creencias de su corazón? ¡Medite en ello!
Digamos que usted es una persona de negocios que tiene el sueño de ser más generoso en su dar, para alcanzar a personas para Jesús. Usted desea dar el noventa por ciento de sus ingresos y vivir cómodamente con un diez por ciento. Su cerebro analizará la situación y pensará: “¿Cómo podré lograr esto algún día?”
Ignore esa pregunta por ahora y diríjase al lenguaje de su corazón: las imágenes. Imagine una promesa como Deuteronomio 8:18 que dice que usted tiene el poder de hacer riqueza. ¿Cómo se ve eso?
La fe siempre ve el final desde el principio, mientras que su mente razonadora se enfoca en los pasos involucrados. Olvide los pasos por ahora. No se preocupe por cómo va a llegar de donde usted está hoy a esta imagen que Dios está pintando dentro de usted a través de Sus promesas. Solo enfóquese en esa imagen.
Cierre los ojos y vea que usted paga todas sus facturas y que le sobra dinero al final del mes. Vea cómo se expande su negocio y la gente dice: “¡Vaya, mire lo que Dios está haciendo!” Vea la promesa hecha realidad.
Este es el poder de meditar en la Palabra de Dios. Cuando las promesas de Dios comienzan a cambiar la forma en que usted mira su futuro, se vuelven alcanzables. ¡Comience a creer que Sus promesas son para usted!