Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente [hoy], que ninguno de ustedes piense que ha llegado demasiado tarde y se ha quedado corto en [alcanzarla]. Hebreos 4:1 (AMPC)
Como creyentes, somos vencedores. Somos más que vencedores. Estamos facultados para elevarnos por encima de las luchas de la vida.
Sin embargo, no podemos ser complacientes. Es fácil quedar atrapados en el miedo, la baja autoestima y la desesperanza, por lo que necesitamos mantener nuestras mentes centradas en la realidad de que tenemos la presencia de Dios y su Espíritu dentro de nosotros.
No hemos sido diseñados para manejar las tensiones y presiones de la vida sin una conciencia de la presencia de Dios en nosotros. Cuando pasamos por temporadas difíciles de manejar, necesitamos estar conscientes de esa presencia para que la paz de Dios pueda envolvernos. Así es como nos quedamos en su reposo, y estamos firmes en nuestra fe. Entonces, incluso cuando no podemos ver una solución, permanecemos en la fe de que el poder de Dios se moverá en nosotros y lo milagroso comenzará a suceder.
En los últimos días hemos estado hablando sobre el hecho de que podemos estar conscientes de la presencia de Dios en nosotros alabándolo todos los días. A continuación vamos a cubrir cómo. Todos tenemos nuestras ideas cuando se trata de alabanza. Pero averigüemos lo que dice la Palabra acerca de cómo alabar a Dios.
Como creyente, la presencia de Dios está en usted. Usted puede cultivar y disfrutar de su presencia, y aprender a vivir en su descanso. ¡Pase tiempo elogiándolo a él hoy, y comience a cosechar los beneficios de su paz y su reposo!