Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. 2 Corintios 5:17 (DHH)
Como creyentes, tenemos que entender que somos nuevas creaciones en Cristo y hemos recibido la naturaleza de Dios, esto lo cambia todo. Nos califica para un tipo de vida completamente diferente.
Cuando usted se mantiene firme en la fe por algo que Dios le ha prometido, usted no está tratando de creer que Dios puede hacer milagros en su vida. No se trata de creer que Dios es todopoderoso. Eso no es fe.
La fe se trata de confiar en el hecho de que la gracia de Dios, Su poder, habilidad y provisión están en USTED porque usted está en Cristo. La fe no se trata de creer en la curación. La fe se trata de creer en la gracia, lo que significa que Jesús lo calificó para la curación. La fe no solo es creer en la prosperidad. La fe es creer que Jesús lo calificó para cada bendición y promesa, y le ha dado el poder en su espíritu humano para tener esas bendiciones.
Esto puede parecer una diferencia sutil, pero crea un cambio poderoso. Pasamos trabajos si no entendemos esta hermosa progresión. Por gracia somos salvos de la enfermedad, a través de la fe. Por gracia recibimos el favor inmerecido de Dios, y podemos caminar libres de ansiedad y temor, a través de la fe.
¿En qué debemos poner nuestra fe y confianza? Creer en que a través de Jesús, usted ha sido hecho justo, lo que significa que usted está calificado para cada beneficio y provisión que la Biblia dice que es suya a través de Cristo.
La fe no es “Dios puede hacerlo todo”. La fe es “No solo Dios puede hacer todas las cosas, sino que EL las hará, ¡por mí!”