Y Él les dijo: Pongan mucha atención. Con la medida [de pensamiento y estudio] que midan a otros [a la verdad que usted oye] será la medida [de virtud y conocimiento] con que se les medirá a ustedes y aún más [además] se les añadirá.
Marcos 4:24 (AMPC)
En los últimos días hemos estado hablando sobre el proceso que involucra el creer. El hecho es que desarrollar la fe es un proceso, y requiere un poco de esfuerzo y diligencia.
No es que el proceso sea difícil. Todo lo que se requiere de usted es una medida de pensamiento y estudio, y luego el proceso se da por sí mismo. Marcos 4: 26-29 lo compara con un agricultor que siembra la semilla en el suelo. Claro, él tiene que trabajar duro para sembrar la semilla, pero una vez que lo hace, él se va a descansar. Mientras duerme, la planta produce. Ni siquiera necesita saber cómo, la planta produce así él sea consciente de ello o no.
Lo mismo es verdad para usted. Usted tiene que ser disciplinado para estudiar la Palabra de Dios, pero no es necesario que se preocupe de hacer que funcione. ¡Ella se ocupa de esa parte por si misma!
Entonces, como dice en Proverbios 4:23, de su corazón fluye la fuerza de la vida. Lo que usted haya plantado en su corazón comienza a conectar los puntos de su futuro.
Este proceso de creer se trata de meditar en las promesas de Dios para atraerlas a su interior. Al hacer esto, usted no tiene que preocuparse sobre cómo deshacerse de los pensamientos negativos, la ira, los celos o la baja autoestima. La Palabra de Dios es tan poderosa que cuando se empieza a poner en su mente, se inicia el proceso de creer y reemplaza todo lo demás.