Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que ustedes ven y conocen, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que lo ha hecho sanar completamente, como todos ustedes pueden ver. Hechos 3:16 (DHH)
Escucho mucho el nombre de Jesucristo, pero a menudo es pronunciado sin ninguna creencia o convicción real. No es el nombre el que trae libertad; es la fe en el nombre, como lo menciona Pedro en el versículo de hoy.
Dicho eso, el mal uso del nombre de Jesús puede hacernos olvidar lo especial que realmente es.
Cuando las personas a mí alrededor juran en el nombre de Jesús, tiendo a aceptarlas tal como son y tratarlas con amor porque simplemente no entienden lo precioso que es Jesús. Pero cuando era joven, un chico con el que trabajé y que parecía prosperar presionando a las personas comenzó a insultar usando el nombre de Jesús, puedo decir que esto me molestaba.
Después de soportarlo por un largo tiempo, finalmente le pedí que se detuviera. Como era de esperarse, respondió: “yo diré lo que quiera”.
Después de pensarlo por un minuto, le pregunté cuál era el nombre de su novia. Luego, cada vez que algo salía mal, usaba el nombre de su novia en un tono que claramente expresaba mi disgusto. Al principio, él solo me miraba de reojo, pero después de un tiempo, él comenzó a molestarse también. Cuando pensé que ya había tenido suficiente, propuse una tregua. Acepté dejar de usar el nombre de su novia si él dejaba de usar el nombre de Jesús. Nos reímos, no contentamos y nunca más miramos hacia atrás.
No estoy diciendo que usted deba confrontar a todos los que usan mal el nombre de Jesús, pero necesitamos reavivar nuestro respeto y confianza en todo lo que el nombre de Jesús representa. Hoy, tómese un tiempo para meditar sobre lo que significa Su nombre para usted.