Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe. Filipenses 3:8–9 (DHH)
Esta semana, hemos estado hablando de seis miedos mortales que todos enfrentamos en este planeta. Hemos estado en una serie sobre una respuesta bíblica a la salud mental, y es vital comprender cómo superar estos seis miedos.
Hoy hablaremos del miedo al rechazo, que puede hacer que las personas tomen todo tipo de malas decisiones en un esfuerzo por pertenecer, encajar o sentirse aceptados. ¡En realidad, lo que necesitamos saber es que en Cristo somos aceptados incondicionalmente por Dios mismo! Su amor por nosotros es completamente incondicional: es el amor más seguro del mundo. Cuando nos enfocamos en eso, dejamos que el miedo al rechazo se vaya.
A menudo podemos caer en la mentira de que Dios realmente no nos quiere. La verdad es que Dios no solo lo ama, sino que usted le agrada y a él le gusta pasar tiempo con usted. Él quiere bendecirlo y elevarlo para que usted pueda ser todo lo que puede ser. ¡Él está loco por usted!
Dios no lo rechazará, incluso cuando usted cometa errores. Si usted ha sufrido mucho rechazo en su vida o le han enseñado que Dios se aleja de nosotros cuando pecamos, usted necesitará renovar su mente en esta área.
Vaya a las Epístolas y estudie la verdad sobre su justicia en Cristo; medite y reclame esas promesas una y otra vez hasta que esa verdad se instale en lo profundo de su corazón. Con el tiempo, este proceso producirá una cosecha de increíble alegría y paz en su vida.